miércoles, 18 de marzo de 2009

Gracias del alma


San Fco. De Macorís, R.D.
18 de marzo del 2009
Sres.
Club Ciclístico y Ecológico Pedaleo
Ciudad.-
Apreciados Hermano
A principios del año 2003, tiempos en los cuales me encontraba a punto de cumplir mis 36 años de edad y sin trabajo debido a mi renuncia de Bancredito, mi hermano Kimhe Joa me dijo que, desde hacia mas o menos un año había sido formado por un pequeño grupo de amigos un Club Ciclístico al cual le había denominado Pedaleo y me insistía a que me integrara a el.
Ante su insistencia y conociendo que ya estaba entrando en una edad que se hacia importante para mi el ejercicio físico, sobre todo porque nunca fui deportista y porque además tengo un componente genético que me predispone a los problemas cardiacos, accedí a la petición de Kimhe y adquirí mi primera bicicleta. Esto ello sin más pretensiones que la oportunidad de hacer ejercicios físicos.
Nunca les voy perdonar que en mi primera semana me iniciaron nada más y nada menos que con el Ciclo Tours Loma Quita Espuelas. Estuve a punto de renunciar de inmediato, pero en vista de que en esos momentos disponía de mucho tiempo libre seguí durante los siguientes 6 meses montando regularmente, llegando incluso a ser designado por Diego Pichardo como Jefe de la Tropa de Los Mañaneros.
A medida que pasaba el tiempo me di cuenta de que Pedaleo me estaba dando la oportunidad de reencontrarme con viejos amigos, con los cuales, a pesar que que teníamos relación de mucho afecto, no encontrábamos la oportunidad de compartir frecuentemente. Al mismo tiempo que esto sucedía yo incrementaba de una forma extraordinaria mis nuevas relaciones y amistades dentro del club.
Lo que mas me llamaba la atención era que esas nuevas amistades eran totalmente heterogéneas, en ellas se encontraban desde el mas humilde estudiante hasta el pujante empresario o el profesional destacado, en fin donde quiera que me movía, no importa si era por salud, por negocios o cualquier otra necesidad, ahí estaban los amigos de Pedaleo.
Al pasar el tiempo y aun cuando razones de trabajo y de familia no me permitían montar bicicleta con regularidad, llegando a durar mas de dos años sin montar, mis relaciones con el grupo de hacían cada vez mas fuerte, como una red que cada vez crecía y se fortalecía mas.
Cuando llegó la triste hora de la muerte de nuestro compañero Luís de León, Neo, me sorprendió el grado de solidaridad que mostraron todos en el grupo, sintiendo en ese momento que mas que a un grupo pertenecía a una verdadera  familia.
Este domingo 15 de marzo me ha tocado la hora de la necesidad y en cuestión de minutos de que se anunciara que se necesitaba sangre para mi papá aparecieron donantes de sobra y la gran mayoría de ellos precisamente de Pedaleo. A partir de ese momento y durante todo este difícil momento que nos ha tocado vivir con la muerte de mi padre no nos han dejado solos ni un momento.
Quiero con estas palabras expresarle el agradecimiento eterno de parte mía y de mi familia por todo su apoyo, de verdad los quiero y espero que no tengan que pasar por una situación como esta para darse cuenta de lo importante y solidaria que es la familia de Pedaleo.
Gracias del alma,
Ezequiel González Cornelio

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